16 de marzo de 2007

Publicidad: Confíesela a la iglesia católica

Que duda cabe, queriditos del alma, que siempre será todo un éxito, confiar la labor de promoción a la polémica y los ruidosos medios, que como si de agua se tratara se cuelan por todos lados.

La historia está llena de ejemplos, la excusa del arte y la polémica, de la creación y la turbación de la moralina imperante en ese momento ha servido para llenar de ceritos las cuentas de muchas personas.

Pero hay una institución, una en concreto, que sobresale entre todas las demás cuando se trata de publicitar lo que sea: La Iglesia Católica. Cruzar mares, atravesar tupidas selvas, subir las más altas montañas o encomendar la evangelización de países enteros a una sola persona (tela), no han sido impedimento para llevar la palabra de dios a cualquier lugar del planeta. Tenemos el ejemplo de entre los ejemplos: San Patricio (por cierto, mañana) patrón de Irlanda, un escocés romano converso que como quien no quiere la cosa convenció a todos los druídas para que abandonasen sus sospechosas hierbitas y sus raíces profundísimas e imaginería castrejo neolítica por un misticismo mucho más en boga (tela).

Desde hace ya casi un siglo, medios de incomunicación e iglesia católica, ayudados por las democracias cristianas, se han convertido en el TNT postmoderno alcanzando alturas cirroestráticas a la hora de la difusión.

Me uno pues a esta gente y muestro uno de los más recientes ejemplos: el de estas fotografías que inevitablemente a una le resultan hermosas de un tal JAM Montoya.

Buscar la cola que han traído es fácil.

¿Que será lo siguiente?


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