14 de noviembre de 2007

Nunca Máis


La sección pajaritos y pajarracos se complace en recordarles al pajarraco más gordo con el que una ha tenído que lidiar en una tristísima ocasión: El Sr. Prestige, petrolero con la chapa para el arrastre+una panda de señores y digo señores ineptos y cabrones.

Por mucho que intente describírselo no llegaré ni por asomo a trasmitir la sensación apocalíptica de asco y trsiteza profunda que da el ver la costa de tu niñez llena hasta arriba de fuel. El fuel, ese líquido/sólido viscoso con el que, transformado, vamos y venimos de aquí para allá.
Su olor, su densidad negri-marrón cubriendo una costa entera: la arena con la que hacías los castillos y en la que te revolcabas, el mar dónde corrías para que no te atraparan las olas y si te atrapaban casi mejor, las rocas donde te escondías, todo, absolutamente todo lleno de mierda, todo.

Fueron pocos en mi caso, solo tres días robados a las vacaciones de Navidad quitando el fuel en la zona de Camelle, dónde justo antes de nuestra llegada había muerto Manfred Gnadinger, más conocido como Man, el hermitaño de Camelle, de pena. Sí, se puede morir de pena, vaya que sí. Su casa construída por él justo al lado del mar se ennegreció por completo, se llenó de chapapote.

Al llegar a las playas, las lágrimas y la verguenza no dejaban sitio a nada más, los trajes de la famosa marea blanca, con mascarilla, guantes, escarbando, porque el fuel señores se cuela por todos los resquicios, aún ahora estará por ahí, pero no se verá. Hubo héroes anónimos que estuvieron más de medio año quitando mierda, pescadores comprados a base de subvenciones abarrotando los bares, nuevos ricos del desastre, armadores, capitanes, plataformas en una Galicia del "monótono fungar", noticias de tele cinco, reporteros asesinados, irakíes masacrados, fue el 2003, qué añito.

1 comentario:

milonga dijo...

ni que lo digas!!! que pena de año, que sensación de naúsea constante en el cuerpo, aun este verano en la playa vimos mini galletitas de esas... el día que todos los gallegos entendamos que el paraiso es nuestro hogar y que con la belleza y frondosidad de nuestras tierras podemos crear un lugar donde vivir en una armonía casi total, ese día seremos porfin el pueblo que siempre debimos ser.

pero la tristeza aún sigue por dentro y los que se enriquecieron a costa del desastre en las cantinas.

hai cousas que mellor nen pensar porque afogan a ialma.

coidadevos e xa me contaras que tal vos vai


biquiños