«el poeta debe hacerse vidente a través de un razonado desarreglo de los sentidos».
Verlaine y Rimbaud
Verlaine y Rimbaud
Pues sí, siguen las visitas, y mi espíritu de anfitriona que antaño, reconozco, era más entregado, no me permite atender este puestecillo de reflexiones, sorpresas y sueños, bolsita blanca de papel de indignaciones.
Les contaré algo sobre un reencuentro. Estos días tuve la suerte de encontrarme con Monsieur Jean Arthur Nicolas Rimbaud (1854-1891), que comparte techo con el señor Warhol hasta el 6 de enero del año próximo, en una exquisita exposición donde muy sabiamente se supo situar y mezclar en el lugar adecuado su vida con parte de su obra, en forma de manuscritos y poemas traducidos que o bien se podían escuchar en unos cascos o bien leer en las paredes, cartas, fotos, y reliquias. Les tengo que confesar que durante años le tenía manía, el por qué: hace tiempo me tocó un novio obsesionado con el tardo romanticismo, los poetas malditos y la absenta algo pesadito, pero eso pasó.
En Vida y Hechos de Arthur Rimbaud gusta ver metidos en vitrinas los cuadernos escolares donde escribía con vehemencia cuánto aborrecía todas la asignaturas cuando por otra parte era siempre el más brillante de la clase. Este muchacho bajito, hombricaído, resabiado y desaliñado de Charleville convencido poeta y vidente adolescente que hizo de la libertad poesía perdió los papeles con gusto y porque quiso cuando llegó a París y hasta los dieciocho años escribió unos poemas volcánicos y bellísimos, escritura que remató publicando Una Temporada en el Infierno del que les pego un extracto. Con este poema se despedía de todo: de Verlaine, de la poesía y también y aquí está lo curioso, de Rimbaud.
Hay quien dice que el alcohol, en concreto la absenta pudieron haber hecho que los acontecimientos discurrieran de ese modo, ese apasonamiento de Verlaine hacia Arthur Rimbaud hacía que escribiese a su esposa que ambos hacían el amor como tigres, esa relación culta, arrebatada y caprichosa que parecía llenarlos de felicidad por momentos, pasó y pudo haber acabado muy mal.
¡Yo! ¡Yo que me califiqué de mago o de ángel, dispensado de toda moral, soy devuelto a la tierra, para que me busque un deber y abrace la rugosa realidad!
Rimbaud comenzó a viajar por el mundo como comerciante escapando del antiguo Rimbaud, buscando una ansiada antítesis de todo lo visto hasta ahora. Buscando. Buscando. Buscando. El personaje de Rimbaud me fascina por esto, por este cambio: al parecer su vida como contratista en ultramar fue impecable, pensaba volver a su Francia natal para casarse y formar una familia, y se lamentaba en una carta manuscrita por él y enviada a su familia, de la amputación de una de sus piernas y los problemas que esto le acarrearía para perseguir ese fin.
Este hombre inteligente y moderno calificado por Patti Smith como el primer niño del punk rock, murió de un tumor en la rodilla en un hospital Marsellés a los 37 años. Hacía 19 que el poeta había muerto ya.
" Antaño, si mal no recuerdo, mi vida era un festín en el que todos los corazones se abrían, en el que todos los vinos se escanciaban.
Una tarde, me senté a la Belleza en las rodillas. - Y la encontré amarga. - Y la cubrí de insultos.
Me armé contra la justicia.
Escapé. ¡Oh brujas, miseria, odio: a ustedes se les confió mi tesoro!
Logré que se desvaneciera en mi espíritu toda la esperanza humana. Sobre toda alegría, para estrangularla, salté como una fiera, sordamente.
Llamé a los verdugos para, mientras perecía, morder las culatas de sus fusiles. Llamé a las plagas para ahogarme en la arena, en la sangre. La desgracia fue mi dios. Me tendí en el lodo. Me dejé secar por el aire del crimen. Y le hice muy malas pasadas a la locura.
Y la primavera me trajo la horrorosa risa del idiota.
Ahora bien, últimamente, habiendo estado a punto de soltar el último ¡cuac!, se me ocurrió buscar la clave del antiguo festín, en el que había, quizá, de recobrar el apetito.
La caridad es esa clave. - ¡Semejante inspiración demuestra que todo fue un sueño!
"Seguirás siendo hiena, etc.", exclama el demonio que de tan amables adormideras me coronó. "Gana la muerte con todos tus apetitos, y tu egoísmo, y todos los pecados capitales."
¡Ah! Ya he aguantado demasiado: - Pero, querido Satanás, te lo suplico, menos irritación en la pupila. Y mientras van llegando las pequeñas cobardías que faltan, para ti, que tanto valoras en el escritor la carencia de facultades descriptivas o instructivas, arranco unas cuantas páginas repelentes de mi cuaderno de condenado. "
3 comentarios:
Este blos cada día se parece más al de Edryas (lo que no es una crítica, que conste). Yo la entiendo a Vd. ferpectamente, mi tercera novia también era tardoromántica, leía todo el rato a Celakovsky, se metía jaco las más las veces, siempre pedía Calisay con hielo y escuchaba en su walkman el disco "oscuro" de los Stranglers vuelta y vuelta. Nunca superé que se fuera con aquel alondra lucense.
Ay Ay Ay, qué me sabe a Calisay...
bonjour!
je comprends pas tes mots, mais je reconnas les photos!
Vive Verlaine et Rimbaud.
Ils sont vraiment des poètes formidables!
Je connais pas si bien Verlaine que Rimbaud, mais j'ai lu des poèmes de deux.
Et aussi une biographie formidable de Rimbaud.
bonne journée!
jana
Publicar un comentario