Siguiendo con el hilo de las bandas sonoras y de las músicas que eclipsan de algún modo su propia procedencia, tenemos otro ejemplo maravilloso. La Banda Sonora de Orfeo Negro.
Orfeo Negro comenzó siendo una obra de teatro escrita por el Sr. Vinicius de Moraes, que contaba la leyenda griega de Orfeo y Eurídice adaptada a personajes carismáticos y favelados del Río de los años 60, con el Carnaval y el Candomblé -sincretismo religioso brasileño- como telón de fondo.
Antonio Carlos Jobim y el propio Moraes se encargaron de componer este ramillete de temas inspirados en la cultura popular de estas clases que habitaban en las favelas que rodean Río.
La banda sonora de esta película se convirtió en un clásico de la música popular y sus letras cobran todo el sentido al verla, Manha de Carnaval, Felicidade, etc, que son, no sé si por cuestiones de marketing o distribución, como el ABC de la música brasileña.
Encontré este fragmento que pertenece al principio de la película, cuando un Orfeo niño hace salir el sol- que iluminará la bahía- con su guitarra, ante la atenta mirada de sus amiguitos-admiradores. Aquí se puede apreciar ese delicioso acento portugués, esa forma tan particular de expresarse que tienen y que al tratarse de niños la hace todavía más encantadora.
-Toca uma musiquinha pra mín, toca.
Orfeo Negro comenzó siendo una obra de teatro escrita por el Sr. Vinicius de Moraes, que contaba la leyenda griega de Orfeo y Eurídice adaptada a personajes carismáticos y favelados del Río de los años 60, con el Carnaval y el Candomblé -sincretismo religioso brasileño- como telón de fondo.
Antonio Carlos Jobim y el propio Moraes se encargaron de componer este ramillete de temas inspirados en la cultura popular de estas clases que habitaban en las favelas que rodean Río.
La banda sonora de esta película se convirtió en un clásico de la música popular y sus letras cobran todo el sentido al verla, Manha de Carnaval, Felicidade, etc, que son, no sé si por cuestiones de marketing o distribución, como el ABC de la música brasileña.
Encontré este fragmento que pertenece al principio de la película, cuando un Orfeo niño hace salir el sol- que iluminará la bahía- con su guitarra, ante la atenta mirada de sus amiguitos-admiradores. Aquí se puede apreciar ese delicioso acento portugués, esa forma tan particular de expresarse que tienen y que al tratarse de niños la hace todavía más encantadora.
-Toca uma musiquinha pra mín, toca.
6 comentarios:
Por el poder del Orfeín Afroamericano y de su primo el Orfeón Donostiarra!!!!
Dice la leyenda que cuando el Moraes le estaba entrando al Jobim pa que colaborase, éste le espetó:
- Y cuánta viruta voy a sacar en claro de todo este jaleo del Orfeo Preto??
Porque las pasaba putas el Jobim antes de la colaboración con el maestro. Venga a aporrear el piano en cabarets de mala muerte por 4 perras. Ay, qué tiempos, y ahora hemos de sufrir al carlinhos braun ese y su fuckin' tamborrada.
Genial el post (y lo del orfeón, juajuajua).
Precioso post, Belle...
Me encanta esta película, recuerdo que la descubrí en el programa de Garci y luego creo que la he visto otra vez...
Esa escena es muy bonita, cómo se ponen a cantar y bailar :)
Si, la idiosincrasia brasileira es la pera, menuda mezcla!!!Aunque la belleza convive con lo terrible, se acuerdan hace unos años que tuvo que entrar el ejército en una favela, al parecer mientras haya solo un capo no hay problema si hay más, ahí empieza la guerra, Paulo Lins el novelista en su Cidade De Deus omitió cosas para no herir la sensibilidad del lector...glups!
El otro día estaba yo curioseando en estas tiendas tan modelnas de Fuencarral y vi a unos pretos brasileiros que eran clavaos a la panda del Cidade de Deus (el Ze Pequenho y cía). Clavaos, right from the favela, compa!!
Meu nome agora é Ze Pequeno!!!
Menuda Pieza!!
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