Pues sí amigüitos. En Chez Catherine hemos visto la última película de los Hermanos Coen que bien pudieran llamarse los hermanos Dalton en este caso, si no fuera por que son dos y no cuatro, y alguna cosa más.
A lo largo de la película, no pude evitar el que me viniera a la cabeza esto:
No Country for Old Man está basada, al parecer al pie de la letra, en una novela del mismo nombre del escritor Corman McCarthy y se parece a todas las demás películas de los susodichos, en concretro a Fargo.
Estos hermanos, no sabemos si por celebrar el Sabbath o sencillamente porque sí, se empeñan en decir que no moralizan. Quizás tengan razón, más que otra cosa de lo que son unos auténticos expertos es en "desmoralizar" con garbo, esta vez con garbo de los ochenta ( ¡por fin los ochenta!). Y que mejor escenario para desnudar a un hombre y digo a un hombre y convertirlo en coyote, buitre o rata, con todo lo bueno que estos animalitos han hecho por el planeta, que el suroeste de los Estados Unidos.
Joel y Ethan se han especializado en mostrar las distintas categorías de hijo puta e incluso el germen mismo, poniéndonos maniqueos: el asalariado, el que va por libre, el principiante, el superado y el hijo de puta de despacho, sin duda el peorcito de todos: ¿Recuerdan al William H. Macy de Fargo, ese pobre maridito, empleado del mes, que nunca dejaba el coche en doble fila? Pues ese. Una lectura superficial como la que hace su publicidad nos lleva inexorablemente al resbaladizo terreno de oh! que malo es el Chigurh este, y ¡ay! cuán lejos de la verdad estaremos queridos míos. Eso sí, es un perfil de hijoputez tremendamente clásico, por no decir casi bíblico con todo lo obsoleto y naïf que pueda resultar.
No Country for Old Man es árida, como su paisaje, prosaica sin concesiones, su resolución castrada hasta el último momento llega a cansar, como lo está el sheriff Tommy Lee-Jones, cansado, viejo, aunque quizás no tan sorprendido.
A lo largo de la película, no pude evitar el que me viniera a la cabeza esto:
No Country for Old Man está basada, al parecer al pie de la letra, en una novela del mismo nombre del escritor Corman McCarthy y se parece a todas las demás películas de los susodichos, en concretro a Fargo.
Estos hermanos, no sabemos si por celebrar el Sabbath o sencillamente porque sí, se empeñan en decir que no moralizan. Quizás tengan razón, más que otra cosa de lo que son unos auténticos expertos es en "desmoralizar" con garbo, esta vez con garbo de los ochenta ( ¡por fin los ochenta!). Y que mejor escenario para desnudar a un hombre y digo a un hombre y convertirlo en coyote, buitre o rata, con todo lo bueno que estos animalitos han hecho por el planeta, que el suroeste de los Estados Unidos.
Joel y Ethan se han especializado en mostrar las distintas categorías de hijo puta e incluso el germen mismo, poniéndonos maniqueos: el asalariado, el que va por libre, el principiante, el superado y el hijo de puta de despacho, sin duda el peorcito de todos: ¿Recuerdan al William H. Macy de Fargo, ese pobre maridito, empleado del mes, que nunca dejaba el coche en doble fila? Pues ese. Una lectura superficial como la que hace su publicidad nos lleva inexorablemente al resbaladizo terreno de oh! que malo es el Chigurh este, y ¡ay! cuán lejos de la verdad estaremos queridos míos. Eso sí, es un perfil de hijoputez tremendamente clásico, por no decir casi bíblico con todo lo obsoleto y naïf que pueda resultar.
No Country for Old Man es árida, como su paisaje, prosaica sin concesiones, su resolución castrada hasta el último momento llega a cansar, como lo está el sheriff Tommy Lee-Jones, cansado, viejo, aunque quizás no tan sorprendido.
3 comentarios:
Lamento que no le haya gustado. :(
Si me ha gustado, me ha gustado mucho Dr. Zito, pero no se debería de notar. A Vd. tampoco se le nota, que lo sepa. JiJi.
A mi también me gustó, creo...
Belle, has desactivado los comentarios en tu último post sobre la apostasía... vamos, o has sido tú o la mano de la Conferencia Episcopal es alargada, jajaja...
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