19 de febrero de 2010

Hasta la coronilla, o Borbones mamones.

Bien, comenzamos el año desempolvando la sección Pajaritos y Pajarracos que como decía el hombrecillo siempre acatarrado-ilustrado Vicente Risco, haberlos hailos, y muchos añade una.

Recuerdo con cariño una pintada en mi ciudad natal "Borbones mamones" .Pues sí: esta vez le toca el turno a la familia de los Borbones. Desde el Duque de Anjou (alias Felipe V) hasta Leonorcita y Sofiíta. Y es que mi amantísimo Amando me ha dejado el Libro de Iñaki Errazkin, “Hasta la coronilla. Autopsia de los Borbones” Editorial Txalaparta.

Bueno, una ya no era muy monárquica que digamos pero, harita de oír a coetáneos (lo más sangrante) decir cosas como:

-Es que el Rey es un mal necesario.
-Es un tipo muy campechano.
-Es una figura que diplomáticamente le viene muy bien a España.
-Si no hubiese familia real habría otros chupando del bote.

Me curo en salud diciendo que el librito que desde aquí les recomiendo retrata sin tapujos, con rigor, y mucha ironía la sinvergonzonería en forma de genocidios, asesinatos, corruptelas, amantes, enriquecimientos ilícitos, engaños, doble moral, traiciones, abuso de poder y demás lindezas a los que esta insigne e ilustre familia (que por cierto nisiquiera son borbones por descendencia, dada la ingente cantidad de amantes de reyes y reinas, el bisabuelo de J.C. era un general catalán) nos tiene acostumbrados al puteado pueblo con sonrisa helada.
No solo sobre ellos, si no que también datos con fechas, cifras sobre negocios, cacerías, intereses y devaneos varios de políticos (merece especial mención lo dedicado a Felipe González) nobles y grandes de España. De horror, terror y pavor. Esto de la democracia da mucha risa, la verdad.


Me quedo con este comentario encontrado en Rebelión.org:

Enfrentados al espejo, los miembros de la realeza no son gran cosa, por muy azul que sea el color de sus glóbulos y por mucho que su orina huela a esencia de colonia. La degeneración que causa la continua endogamia, la corrupción, la soberbia y la impunidad inherentes al poder, ya sea absoluto o relativo, son elementos que no ayudan precisamente a forjar un carácter virtuoso, y los Borbones no son una excepción a esta universal regla psico-sociológica.

Nos les escribo ningún extracto porque lo acabo de prestar. Les aseguro que cuando lo lean y vean esas portadas de revistas se les revolverán bien las tripas y si no, háganselo mirar!



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