24 de agosto de 2007

Sympathy for Lady Vengeance

De nuevo aquí, tras haber dejado atrás estos días un hecho familiar luctuoso que aunque poco sorprendente resulta doloroso. Son las siete de la tarde de un lluvioso día de agosto y les voy a hablar de una película que ví ayer en el cine y que me sorprendió gratamente.

Hace como cosa de un año el Sr. Clémenti, me fue dando en pequeñas dosis, en concreto ocho, una novela gráfica en forma de manga japonés, la historia en cuestión no tenía nada que envidiar al mejor Hammett y se llamaba Old Boy. Resulta que luego tuve la oportunidad de ver la película del mismo nombre como segunda parte de la Trilogía de la Venganza del director sur coreano Park Chan-wook. La película estaba llena de elementos tanto formales como de fondo como para clavetear el ánimo y las posaderas al sofá, silla o suelo más próximo a la pantalla. Así es también la última parte de estas tres películas: Sympathy for Lady Vengeance.

El cine de Park Chan-Wook tiene la particularidad de, sin hacer grandes alardes ruidosos que tanto se estilan en los superéxitos que nos rodean, presentar tramas de una forma que pasan del desconcierto a una rotunda resolución a través de multitud de elementos como son los colores- existe al parecer una versión de la película que va cambiando del color al blanco y negro- la luz, los encuadres, recursos clásicos y contemporáneos, fantásticos y oníricos e incluso una banda sonora, en este caso sobre una partitura de Vivaldi, que subraya el patetismo (las cuerdas) de lo que se supone debería de ser una liberación.

La historia, la de una venganza estudiada concienzudamente durante los 13 años que la protagonista pasa en prisión por un crimen que no cometió, va y viene del pasado al presente. El cuidadísimo montaje explora el alma de Lee Geum-ja por veces presentada como un paisaje desolador y profundamente triste, por veces naïf, tierno, inteligente y hasta cómico .

Sympathy for Lady Vengeance tiene todos los elementos del mejor Dostoievski, un macro preciosista al alma humana que no encuentra el descanso.

Sus deliciosos créditos iniciales son una alegoría a toda la película.




6 comentarios:

Anónimo dijo...

Antes de nada, lo siento mucho por el hecho luctuoso. Mucho animo.

Lady Vengeance me parecia tan formlamente hermosa como vacia. No me llego a emocionar en ningun momento, y eso que hay material para ello. Sera que soy insensible?

Patricia dijo...

Gracias Dr. Zito.
No, le entiendo bien, a mí me pasó algo parecido, tiene mucha forma, a eso voy, de hecho la misma trama abordada por cualquier otra persona sería una auténtica tragedia griega, de todos modos en ningún momento he sentido el deseo de que ella lleve a cabo sus planes, no sé por que,no sé si es la intención de director... yo me quedo con Old Boy, es más completa.

Mondo Gitane dijo...

Y qué me dice de los deliciosos créditos finales???
A mí me ha molado más ésta que Old Boy, eso de que se papeen animalitos vivos... uff.. y la chica es más guapa. Y qué abrigo, eh!!
Ahora la emplazo a que haga lo propio con la última de "Collejas" Kitano.
Ah, el viernes estrenan Death Proof, can't wait, baby!!!

Patricia dijo...

Los deliciosos créditos finales son en Coreano, blancos con fondo negro, que quiere que le diga...De los dos abrigos, el azul y el negro, yo soy más del azul...el color del abrigo es definitivo. Takeshi's...espere que lo llamo y le pregunto.

Anónimo dijo...

Yo es que amo con mi alma Simpathy for Mr. Vengeance, la que, le digo, es MUCHISIMO mejor que las otras dos juntas. Porque tiene lo que tienen ambas pero mejor dispuesto.

Ante lo de Simpathy for Lady Vengeance que apunta Zito, me voy a permitir una boutade: Chan Wook Park sabe muchísimo de lenguaje, lo tiene clarísimo, su cine se narra en cada una de las vertientes que lo componen: por eso hace una trilogia en la que sus unidades pueden ser tratadas y disfrutadas independientemente y que forman parte de una compleja elaboración de un sólo discurso acerca de la venganza. Es un hijo de puta, un gafapasta de cuidado. Yo le amo.

Por otro lado: ¿No les parece qué, en estos tiempos de discursos regurgitados/previamente digeridos y potencialmente sentimentaloides, la existencia de un autor que no te permite INDENTIFICARTE, siquiera minimamente, con sus personajes es al menos loable?

Besos y abrazos para usted, Catherine.

Patricia dijo...

Sí Sí Sí, totalmente de acuerdo, ganas tengo de ver la primera, me parece que lo de la no identificación tiene su mérito, claro que sí, pero no puedo quitarme de la cabeza que con el cine oriental hay algo que se nos escapa a usted y a mí, recuerde que no beben leche de vaca (aunque estén empezando a hacerlo)!!!! Ji jiji.