Pues resulta que me voy a poner mediática hoy.
Desde 2007 no presto mucha atención a la radio fórmula, bueno, no es que le haya prestado demasiada en mi vida pero reconozco que debido a esos agresivos hilos musicales de ciertos comercios algún tema sí me suena, o de haberlo escuchado accidentalmente en alguna ocasión esporádicamente, se ha quedado ahí, sonando en mi cabeza.
Eso es lo que me sucedió con SMILE de Lily Allen, en mi embarazo y principios del puerperio, coincidió que ese soniquete que comenzaba con un toque a lo Peter Tosh que se diluía para oír una voz cristalina con una pronunciación de lo más BBC, naïf y adolescente.
Y claro, mi falta de focalización en lo accesorio me dejó para estos días y con el Spotify recién instalado de forma totalmente clandestina en mi ordenador del trabajo, el descubrir que tras esa facha superexplotada de Jenny British zafia y ordinaria (cuando en realidad parece más francesa que otra cosa), de su electropop que irremediable lleva directamente a 1983 (han escuchando "The fear"?) y de sus letras reivindicando el psicodrama, la protesta y la hormona, está la ex-de la mitad de Chemical Brothers, la ahijada (postiza) de Joe Strummer (Viva Joe Strummer) y una londoner integral: esa chica que se lleva el Marlboro light del Newsagent y que tira el plástico al suelo. Pero... saben que les digo??
¡Qué me gusta Lily Allen!
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