Muy buenas de nuevo querida bitácora decadente y "telarañosa". Hace mucho que no escribo. Vengo de pasar las primeras vacaciones con los míos en una primaveral Galicia, cerca de una playa maravillosa. Todo un éxito. Catuxa se divirtió, descubrió, bailó, se relacionó (algo que le fascina). Ya de nuevo desde hace unos días en los general quarters. La vuelta dura, de nuevo los horarios infames de Amando, el calor, que parece que ya ha remitido, y, una mudanza, sí sí, como lo leen, a final de mes. La nueva casita, más agradable o al menos de eso tiene pinta y... repetimos barrio, al lado de un gran parque. El stress está servido, objetivo: que no cunda el pánico, la bebé de 11 meses no tiene la culpa de que sus padres sean unos locos itinerantes. Aquí sigo de mami lactante día y noche hasta que el cuerpo aguante, dicen por experiencia quien lo ha hecho y tiene su lógica, que los bebés muy apegados, son adultos más sociables (de hecho ya lo es), menos sumisos e independientes y apañados, eso esperamos su padre y yo.
Ya en el trabajo con sensación día D. No hay casi nadie y se está muy tranquilo. Y ahora va el descubrimento: Avishai Cohen, bajista israelí, con más pinta de haber salido de cualquier peli de gangsters inglesa que otra cosa, el gachó es un artistazo como la copa de un pino. Ahora mismo escucho The Ever Evolving Etude del disco Gently Disturbed del Avisahi Cohen Trío, o de como convertir una mañana de agosto en el trabajo en un momento sublime. El chivatazo me lo dió una compañera con la que comparto gustos. Ahí donde lo ven el chico es un portento, con un curriculum de lo más interesante y una discografía de lo más ecléctica y ahora al parecer en su último disco canta. Me imagino que quedará ahí pendiente lo de ir escuchando su discografía poco a poco. ¡Qué maravilla por dios!
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