31 de marzo de 2009

MORTAL Y ROSA


Y su afanoso sueño de sombras, otra vez, será el retorno a esta corporeidad mortal y rosa donde el amor inventa su infinito...

Pedro Salinas.


Así comienza el libro Mortal y Rosa de Francisco Umbral, con este verso de Pedro Salinas. Nunca antes había leído nada del señor Umbral (le tenía manía ¿?). Ahora,en mis viajes en metro he retomado ese sabrosísimo placer y me veo sorprendida por un libro intenso, de esos que se cuelan por los entresijos de lo empático, que llena sin hartar, plagado de belleza, de esa belleza primordial, universal con la que todos y todas gozamos y también de pasión y compasión, de dolor profundo. Mortal y Rosa me está llegando al alma, como si hubiese cosas que no me llegaran. Así comienza y les juro que es verdad.



25 de marzo de 2009

Son los mismos

Estos días de locura individual, de fricción de lo público y lo privado, me dejan algo de sitio para seguir practicando un deporte que he venido perfeccionando a lo largo de los años: el del estupor y la indignación.
Que sí, que la crisis, que los ricos más ricos y que los pobre más pobres, pero no van por ahí los tiros. Los tiros van por el tema de temas que los medios están exprimiendo de una forma pronográfica hasta el paroxismo. El caso "Marta del Castillo". Qué si dónde está el cuerpo, que si pena de muerte, que si cadena perpetua. A mi me da la impresión de que por algo, lo que sea, posibilidades mil, digo que me da la impresión de que el por qué, la raices de ese por qué y si ese por qué se puede evitar y como, le importa un pimiento a nadie. Es más, siento un escalofrío cuando nada de esto se menciona, como cada vez se venera e idolatra más el costroso parche que parece que nos lo ponemos en los ojos, cómo la sociedad no "las ve venir", como nos quedamos observando la crisálida de la destrucción impasibles en forma de niños que lo tienen todo y no tienen NADA. Y nos creemos que el asesinato, la violación , el suicidio, la destrucción en general, es lo normal en el ser humano, y luego nos empeñamos en ordenar, con leyes, cárceles y demás nuestra deriva emocional, nuestro tremendo vacío. Por eso creo que los quieren la cadena perpetua y la pena de muerte son los mismos que en algún momento pudieron haber matado a Marta.